elaborados a partir de la "visión social de las TICs"
constituyen un insumo importante para poner en marcha esta tarea. La
IsTICometría se orienta a construir esquemas útiles para
evaluar la vinculación entre el uso y la aplicación de las TICs y
las prioridades de desarrollo de una comunidad, en función de la
relevancia social y la concordancia existente entre el fenómeno que
se mide (las TICs) y las exigencias de un desarrollo humano sostenido
y responsable. Intenta, además, comprender el proceso de vinculación
y los factores que lo impiden o facilitan.
Según Michel Menou (2001), la medición de
fenómenos y bienes intangibles está cargada de dificultades
materiales y conceptuales; una de ellas, por demás compleja, es la
disponibilidad de indicadores válidos para medir procesos de
difusión de la información y de las TICs en la sociedad. En cuanto a
estos problemas, Menou sostiene que "en los últimos años la
atención (de la medición) se focalizó en la difusión de las TICs
y, en particular, de Internet dando a luz una variedad de indicadores,
modelos y metodologías. Primero, todos estos instrumentos se
ajustaron al estado y a las tendencias de evolución de la
infraestructura definiendo a ésta de manera más o menos completa,
por ejemplo, incluyendo los recursos humanos y los stocks de
información. En segundo lugar, muchos consideraron los distintos
tipos de uso de información incluyendo, por ejemplo, las
circunstancias de ese uso. Nosotros, consideramos que esos enfoques
están puestos en las TICs mismas y, por lo tanto, deberían ser
llamados ´TICómetros´. En realidad, podrían ser llamados ´TachTICómetros´
ya que ellos se relacionan con la velocidad relativa de difusión de
las TICs a expensas de otros aspectos."
La IsTICometría intenta diferenciarse de
los métodos tradicionales a partir de revisar y superar los
razonamientos lineales que están implícitos en ellos. El objetivo
principal de este enfoque alternativo es aportar nuevos elementos a la
construcción de medidas y, en algunos casos, reinterpretar las que ya
existen en función de comprender los procesos de vinculación entre
las TICs y las necesidades sociales.
Desde la perspectiva, por ejemplo, el nivel de
conectividad en las escuelas es un dato incompleto que no alcanza para
expresar la apropiación social del uso de la tecnología en función
del desarrollo social y humano, y tampoco da cuenta de su impacto
educativo. Por este motivo, se propone dar un paso mas allá en el
alcance de estas mediciones generando información que refleje, por
ejemplo, en qué medida el acceso de las escuelas a las nuevas
tecnologías produce cambios en los procesos de aprendizaje y
contribuye, además, a cumplir los objetivos fundamentales de la
institución educativa como pilar de la sociedad.
El impacto social de las TICs medido por la IsTICometría
– o lo que es equivalente, de acuerdo con los criterios de la "visión
social de las TICs"– debe dar cuenta de todo un proceso de
transformación que incluye las siguientes etapas: a) incorporación
de las herramientas tecnológicas; b) cambios en las actividades sobre
las cuales la tecnología tiene incidencia directa, es decir, procesos
de comunicación y circulación de información; esto incluye, en el
caso de la escuela, cambios en el sistema de organización interno de
la institución, y en el acceso de docentes y alumnos a información y
a nuevas prácticas; c) finalmente, cambios en el funcionamiento
general de la institución y en el cumplimiento de su misión
estratégica que, en este caso, se resume en la calidad educativa y en
la constante renovación y progreso del sistema de aprendizaje.
Evidentemente, el dato de la cantidad de
computadoras por alumno no puede por sí solo dar cuenta de todo este
proceso. Posiblemente, la información referida a instancias de
transferencia de conocimiento, trabajos en red, incorporación
efectiva de las TICs en las currículas, etc., resulte más apropiada
para captar la influencia de las nuevas tecnologías en el proceso
educativo.
De todas maneras, el enfoque de este trabajo se
propone relativizar las posiciones extremistas -total optimismo o
crítica- respecto a los indicadores tradicionales, con el objetivo de
reaprovechar la información básicamente cuantitativa que estos
producen, agregar a ella datos nuevos de la misma naturaleza, y
complementarlos con información de tipo cualitativa que dé cuenta de
los procesos locales de incorporación de las TICs y de la incidencia
de éstas en el desarrollo social y humano a nivel local.
Desde nuestra perspectiva, para poder avanzar en la
construcción de indicadores es necesario adoptar una posición
intermedia que no deseche la experiencia y el trabajo previos, y que
tampoco se tope con la imposibilidad de medir los procesos que,
finalmente, se quiere conocer. La capacidad de los indicadores para
captar procesos de la realidad es limitada y conviene tener en claro
que si bien constituyen herramientas útiles para el conocimiento,
también resultan insuficientes para reconstruir la realidad en todas
sus dimensiones y complejidad.
Estas cuestiones conllevan, por lo tanto, problemas
del siguiente tipo: ¿es posible evaluar con precisión el impacto
social del la ciencia y la tecnología y, en este caso específico,
del uso y la aplicación de las TICs? Siguiendo con este razonamiento
¿es posible diseñar indicadores? Tal como sugiere Estébanez (1997)
para el caso de la ciencia y la tecnología, aunque estas preguntas
resultan ser complicadas de responder, la existencia de un contexto
latinoamericano caracterizado por la pobreza y la exclusión exige que
se continúen realizando esfuerzos para avanzar en la elaboración de
indicadores de impacto social que permitan evaluar, en este caso, la
vinculación entre TICs y desarrollo social.
En la línea de dicho objetivo, la perspectiva de
la "visión social" propone medir el denominado impacto
social positivo de las TICs. Para ello es necesario considerar
tres aspectos significativos y relevantes respecto a la relación
necesidades sociales / TICs: acceso equitativo, uso con sentido y
apropiación social de las TICs.
Impacto
social positivo de las TICs
La noción de acceso equitativo implica,
básicamente, que todas las personas de una comunidad tengan
posibilidades de acceder a los beneficios de las TICs. Esta
idea no significa, únicamente, que todas las personas tengan acceso a
la tecnología, también incluye las posibilidades de desarrollar las
capacidades técnicas y metodológicas necesarias para poder hacer un
uso efectivo de las potencialidades que las TICs ofrecen.
Asimismo, la idea de acceso equitativo no implica
necesariamente que todas las personas de una comunidad tengan acceso a
las TICs en el sentido más tradicional, es decir, "una
computadora o una conexión a Internet por hogar", sino que todas
resulten beneficiadas, por ejemplo, a través de formas de acceso
alternativas de conexión y capacitación gratuitas o a bajos costos,
u otras condiciones de este tipo generadas a partir de políticas
públicas. En este sentido, también resultan importantes las
definiciones de políticas que tengan que ver con los dominios, los
costos de los espacios en la Internet y los aspectos legales que giran
alrededor de esta tecnología, de tal forma que todas las dimensiones
involucradas confluyan en el objetivo de lograr el acceso equitativo.
Otra dimensión que es necesario tener en cuenta
para conocer las condiciones del acceso equitativo, es la
identificación de barreras tanto técnicas como de costos, educativas,
lingüísticas y culturales.
La idea de uso con sentido involucra las
acciones que generan o promueven un tipo de uso de las TICs funcional
a la satisfacción de las necesidades sociales concretas de una
comunidad o grupo social.
Por último, el aspecto referido a la apropiación
social de las TICs alude a la concreción de un uso cotidiano de
las herramientas TICs que genere nuevos conocimientos útiles para
mejorar el desarrollo humano y las condiciones de vida del grupo
social.
Los tres aspectos mencionados son condiciones que
desde la "visión social" se consideran necesarias para que
las TICs tengan un impacto positivo en el desarrollo social de una
comunidad. Sin embargo, no son cuestiones que puedan medirse,
evaluarse o cuantificarse fácilmente, excepto en el caso de la
aplicación de estudios cualitativos específicos.
