No acostumbro a atender las grandes reuniones del sistema de Naciones
Unidas. Trabajo en el terreno, como investigador y actor de la sociedad civil
organizada del Sur, y soy activo en talleres de trabajo así como en comunidades
virtuales de aprendizaje y colaboración. Mi presencia hoy es sintomática de que la
Cumbre Mundial para la Sociedad de la Información podría ser distinta de las cumbres
tradicionales y abrir nuevos espacios y modalidades de participación.
Por qué debe ser así? Sencillamente, porque si se trata de
visualizar, definir y decidir sobre cuál será una nueva forma de sociedad, el cambio
de paradigma necesario para su construcción, por un evidente deber de coherencia,
debe ser holístico. Las organizaciones pioneras en este campo, y entonces las mas
antiguas, tenemos menos de 15 años de existencia; la mayoría de los grupos organizados
sobre este temática tienen menos de 5 años de vida, y cada día aparecen nuevos! Los
criterios que nos acreditan mutuamente están mas referidos a la calidad y transparencia
de nuestros sitios Web, los cuales dan cuenta de nuestras actividades y de los
recursos asociados que en documentos tradicionales, sean éstos legales o contables
De hecho, la percepción mayoritaria de las reuniones
"tradicionales", desde el terreno es crítica: en el mejor de los casos,
aparecen como algo que ocurre en un espacio alejado de las realidades del terreno;
en el peor, se teme que la sociedad civil sea utilizada y que su presencia sirva de
coartada para decisiones donde su participación no fue proactiva.
Entenderán pues que no pretendo, de ninguna manera,
"representar" aquí a la sociedad civil. La sociedad civil es múltiple, plural
y diversa como sus actores y actrices, lo que no reduce su capacidad de cohesión en
momentos decisivos
¿Cuales son los mensajes esenciales que deseo expresar, como una
de las voces de la sociedad civil, en relación con la construcción colectiva de las
sociedades de la información, de la comunicación o del conocimiento,
como sea que queremos denominar un entorno social donde el uso de las redes electrónicas
cambia radicalmente la manera de interactuar entre los seres humanos y con la información
que ellos generan. Este marco plantea nuevos retos y oportunidades y por lo tanto requiere
de nuevos derechos, como podría ser el derecho a la comunicación, así
como de adaptar el derecho, por ejemplo de propiedad intelectual. Notaran
que hablo de sociedades, pues debe ser claro que cada entidad deberá
democráticamente decidir de su propio modelo, en función de sus corrientes culturales,
de los intereses de sus ciudadan@s y de su historia.
Hablando de historia, la historia oficial de la Internet, en su
tendencia a dar mas cabida a los fenómenos tecnológicos, tiende a olvidar que los
pioneros de las redes han sido en primer lugar l@s investigador@s de todas las
regiones, seguid@s por sectores de la sociedad civil del Sur (redes para el
desarrollo) como del Norte (redes ciudadanas y comunitarias) quienes
percibieron tempranamente las promesas de la comunicación mediante computadora y crearon
las primeras aplicaciones sociales de las Tecnologías de Información y Comunicación
(TIC), articulando lo local y lo global.
¿BRECHA DIGITAL o BRECHA SOCIAL?
Entre el Norte y el Sur, así como a lo interno de todos los países,
existen graves brechas sociales, económicas y políticas. La brecha digital es
sólo el reflejo de esta situación y poner el termómetro en la nevera no hace bajar la
fiebre. He dedicado los últimos 15 años de mi vida al uso de las TIC para el desarrollo
y, por supuesto, creo que existen posibilidades de reducir la brecha social a partir de un
uso apropiado de las TIC.
Sin embargo, la retórica dominante es superficial y simplista cuando
distrae las promesas realmente sociales (la apropiación social de la tecnologías
y desde ahí el "empoderamiento" de las personas y las comunidades) y
polariza la discusión sobre el tema de los accesos, con el sentido estrecho de la
palabra. Esta claro que se requiere de infraestructuras de acceso a las redes y un precio
accesible a sus servicios, pero ésto no es todo. Otros elementos son
imprescindibles para que las aplicaciones de las TIC puedan realmente cambiar la realidad
de injusticia social y que la palabra acceso universal tome un sentido
transformador:
- La existencia de contenidos (e interfaces) que reflejen adecuadamente
las lenguas y las culturas de cada grupo. Sí bien la sociedad globalizada
debe fundamentarse en valores compartidos y consolidar principios éticos
globales, igualmente debe favorecer la diversidad cultural, riqueza esencial de la
humanidad y sustrato vital de la complejidad de nuestras sociedades que sostiene su
capacidad a evolucionar.
- La educación básica requerida por parte de l@s usuari@s para
poder transformar la información en conocimiento y los conocimientos en saber y
sabiduría; si hay un reto mayor es sin duda la educación para tod@s, objetivo que
exige un uso innovador de las TIC para democratizar la educación, pero sin esquemas
reductores.
- Una capacitación especifica al uso maduro de esas tecnologías y a
la comprensión de sus apuestas sociales, lo cual establece la diferencia entre
consumidores y productores y permite que l@s ciudadan@ puedan involucrarse socialmente
y transformarse en actores/trices de desarrollo.
La tarea es enorme y la máxima prioridad debe ser acordada a l@s
excluid@s, entendiéndose todos los grupos socialmente discriminados. Igualmente,
una atención muy especial debe ser acordada a las mujeres y a los jóvenes y la
situación de aislamiento de los sectores rurales debe ser debidamente atendida.
GOBIERNOS GLOBALES Y CO-REGULACION
Decisiones aparentemente técnicas pero que pueden afectar
sensiblemente nuestros rumbos sociales están tomada en organismos globales de gobiernos
que funcionan a veces como clubes cerrados. La transparencia no es suficiente: los
gobiernos (tanto nacionales como globales) deben asumir sus roles de reguladores entre la
demanda social y el sector privado y asociar activamente la sociedad civil en esquemas de
co-regulación. Un relación de respeto mutuo debe establecerse entre el sector privado y
la sociedad civil que reconozca la existencia (y el necesario crecimiento) de un dominio
público de información y conocimiento así como de fuentes de acceso abiertas.
La sociedad civil en todas sus vertientes (sindicatos, investigadores,
asociaciones profesionales, comunidades de base, etc.) tiene competencias a brindar:
facilitador hacia l@s ciudadan@s, experimentador social, creador de capacidades, y una
función de enlace con los gobiernos locales. Se trata en fin de un rol de capilaridad
esencial en el tejido social (las arterias y las venas no llegan a las
extremidades
).
Se necesita mucha creatividad para inventar nuevos modelos o
métodos democráticos para atender los asuntos de gobiernos globales. Me permito señalar
que, en materia de creatividad, no hay brecha: el Sur tiene por lo menos tantas
capacidades como el Norte y las reuniones que fueron organizadas en África así como
varias experiencias de terreno en América latina dan testimonio de ello. Se debe prestar
atención (y recursos!) a las iniciativas locales y comunitarias que experimentan con
éxito y tejen un nuevo mundo desde abajo: la cooperación internacional debe
también cambiar de paradigma y fortalecer las iniciativas locales respetando e valorando
sus procesos en vez de imponer soluciones desde arriba!
¿En conclusión que expectativa tenemos en esta cumbre? Mas que en los
productos, por los cuales ciertamente deseamos aportar nuestras visiones fruto de nuestras
experiencias sociales, centramos nuestras esperanzas en el proceso, un proceso
capaz de generar verdaderas acciones por las cuales nos sentiremos comprometid@s
en su desarrollo por haber sido participe de cada etapa.
Creemos que esa cumbre será la primera oportunidad global real para
asociar efectivamente los tres sectores principales de la sociedad en una reflexión
común orientada hacia la acción. Creemos que sólo si se respeta en el proceso de
participación una repartición equilibrada entre (y dentro de) los gobiernos, el sector
privado y la sociedad civil podrán emerger soluciones capaces de dar repuestas a la
complejidad de los retos que afrentan nuestras sociedades.
Así es que la calidad de su proceso participativo representa la
clave en la credibilidad que generará esta Cumbre frente a la diversidad de sectores y
actores y actrices de la sociedad civil tomando en cuenta que, en una sociedad en red, la
capacidad de incidencia tiene múltiples opciones para expresarse.
Quiero terminar con una nota de optimismo saludando la reunión
regional africana que ha podido demostrar en los hechos los beneficios de la apertura
hacia la sociedad; alegrándome de ver que Europa anuncia su adherencia a este
principio de apertura y finalmente dando la bienvenida a la reunión latinoamericana
que tendrá por Sede la República Dominicana, confiando que ésta se va a inspirar del
mismo sentido de apertura y será un momento de creatividad compartida para América
latina y el Caribe.